sábado, 29 de septiembre de 2007

El póquer, el arte, y la belleza

"El póquer con límite es una ciencia, pero el póquer sin límite es un arte". Esta frase la dijo Jack Strauss por primera vez y desde entonces se ha venido diciendo mucho en foros y demás; y, ciertamente, lo que está claro es que Jack Strauss era un pedazo de artista, del póquer y de la vida. En dos temas muy recientes de póquer-red que se han hecho muy populares ( este report de Simón y esta respuesta de Sir Donald -Raúl Mestre- a los comentarios de aquél) es algo que se ha dicho bastante para defender que el enfoque de los jugadores de limit, como Sir Donald, no vale para el no limit porque, precisamente, el no limit es un arte y no una ciencia, por lo que las matemáticas pierden su utilidad.

Vaya por delante que soy muy mal jugador de no limit. Pero más allá de la diferencia entre limit y no limit, creo que mucha gente no se ha parado bien a pensar lo que puede querer decir que el póquer sea algo así como un arte. Este escrito no va sobre números; no voy a analizar manos ni a dar argumentos matemáticos: voy a intentar razonar un poco acerca de conceptos como "arte" o "belleza", para hacer ver que defender eso, dicho seriamente, es imposible.

El arte, en principio, al menos según una definición muy general, busca la belleza. El póquer, que yo sepa, persigue el dinero. ¿Cómo sería una jugada "bonita" en vez de "ganadora"? Por ejemplo yo tego T2 en mano. El otro sube y yo, en vez de tirarme, pienso: "no hombre, Mauro, no me jodas, aquí lo que quedaría bonito es ganar la mano con T2 como Doyle Brunson; re-reaise es feo, porque si le tiro de la mano no puedo ligar un monstruo absurdo en el river que es lo que queda bonito; y hacer fold... eso no tiene épica ninguna, así que ala, call, porque el póquer es un arte". No entiendo como alguien puede decir que el póquer es un arte y quedarse tan tranquilo.

Si juegas para ganar dinero no juegas para hacer manos bonitas; el dinero y la belleza son dos cosas distintas. De entrada habría que jugar fuera de bankroll, porque todos estaremos de acuerdo en que jugar dentro de bankroll no tiene ninguna épica; es una mariconada es "de cobardes". En temas de apuestas, cuando más dinero hay en juego, más "atractiva" es la apuesta estéticamente hablando: eso lo saben perfectamente en hollywood donde todas las películas con apuestas, póquer, ruletas, terminan en situaciones inverosímiles debidas a apuesta por valor de todo lo que el protagonista lleva encima en ese momento... o más. Y en la literatura pasa igual: las novelas de jugadores no tiene gracia si el jugador se dedica a ir cual hormiguita: "hoy perdí en 2% de mi bankroll, ayer gané el 3%, nunca me juego más del 6% en un día y en cuanto veo que los nervios me hacen perder el control me levanto y medito un poco para calmar los anímos". Eso tal vez puede ser muy saludable para ganar al póquer pero desde luego tiene muy poco de interesante estéticamente.

Y que jugar "bonito", "artístico", "interesante" equivale a jugar fuera de bankroll lo sabemos también perfectamente los propios jugadores, que premiamos en la blogsfera a los bloggers que gamblean a lo loco (y lo hacemos, en cierto modo, con razón, porque un blog no tiene que ser sensato, tiene que ser divertido e interesante). Si juegas una mano artísticamente, para que quede bonita, no la estás jugando para ganar dinero: Yo, por ejemplo, me he matado jugando 72o de las formás más absurdas hasta ligar un color al dos contra cuatro oponentes y ganar la mano, para poder postearla en el foro; es, desde luego, la mano más artística que he jugado, teniendo en cuenta toda la mitología que rodea a la mano 72o en el foro (para los que no sepan la teoría, el ser offsuited le permite hacer dos colores a la vez, por lo que es mucho más poderosa que 72s. Y bueno, siendo la mano favorita del Gran Maestro Trallero Raiser, es la más poderosa de todas, lógicamente). Pero lo que es absurdo es jugar una mano así y pretender que además está "bien jugada".

Otra cosa que puede entenderse por aquella frase es que las manos que se juegan en el no limit, solo tienen el mayor EV cuando son bonitas. Pero entonces habría que ver qué quiere decir una mano "artística" o "bonita". Si bonita es que es capaz de emocionar a los espectadores, de producir tensión hasta el último momento y de generar efectos enormes (por ejemplo, porque uno de los jugadores se está jugando la mitad de su bankroll y el otro a su hija), no parece que sea el caso. En ese sentido, un farol absurdo que tiene claramente EV- siempre va a ser más bonito que un call. Y un call bien hecho, que también los hay, siempre será más "feo" que un raise, que tiene más acción y pone más dinero en la mesa, aunque en ese caso el call sea correcto y el raise no tanto.

Lo que sí que estoy dispuesto a aceptar es que, en el póquer, las manos bien jugadas tienen, por estarlo, una cierta belleza. Es el sentimiento de belleza que surge de la eficacia, lo que en filosofía se llama "belleza adherente". En una mano bien jugada todo está "en su sitio", igual que cuando vemos una máquina o un animal moverse con absoluta precisión. La eficacia, la dificultad y la precisión generan belleza. Por eso hay jugadas de ajedrez y hasta ecuaciones matemáticas que se puede calificar sin duda de "bellas". Pero lo son porque son eficaces; un sacrificio de dama y torre en una partida de ajedrez que termina ganando la partida 7 jugadas después es, desde luego, en cierto sentido, muy bonito. Pero no porque sea una locura: más bien, es bonito porque no es una locura en absoluto, al contrario, es la mejor jugada posible, y por eso da la victoria. No tiene que ver con la "valentía" de perder una torre y una dama, sino con la eficacia de hacerlo para ganar, y con lo paradójico de que así sea.

Un jugador que tiene el "valor" de jugarse la mitad de su bankroll es más bien un inconsciente que un artista; o alomejor sí que es un artista, pero desde luego es muy mal jugador de póquer. Ciertamente, el valor que hace falta para jugarse enormes cantidades sin que le tiemble a uno el pulso también es muy estético, en cierto modo, pero sólo en cierto modo. Un jugador que se arruina por exceso de valentía nos da más pena que otra cosa: pero todos entendemos que esa valentía tiene un valor intrínseco que, desde luego, se podría haber usado para algo mejor, y por eso sentimos cierto respeto hacia esa valentía hasta cuando se vuelve contraproducente.

Las mejores jugadas son bonitas... en cuanto que son las mejores. Aunque seguramente no sean las más bonitas, ni las más artísticas. Las jugadas más artísticas son los faroles, los laydowns y los calls con jugadas ultramarginales, y sólo son buenas jugadas en casos muy particulares. Desde luego, la mano con la que Stu gana 5.000 dólares haciendo call all-in con carta más alta T es,seguramente, la mano más bonita de la historia del póquer. Pero si Stu hubiese jugado intentando que todas sus manos fuesen así de bonitas, no hubiese ganando nada. El póquer no es ni un arte ni una ciencia: puede ser lo que tú quieras. Tal vez puede llegar a ser un arte: tendrías que ser capaz de que tus manos, antes que manos, fuesen algo así como poemas, o canciones; y luego, si son manos ganadoras o no, eso da igual. Pero si quieres ganar dinero con el póquer sólo te puedes plantear el póquer como una ciencia, puesto que de hecho eso es lo que es cuando pretendes ganar dinero con él: una disciplina en la que se opera racionalmente para hacer caer un caso particular dado bajo una ley general. Es exáctamente lo contrario que el arte: allí no se intenta hacer que la obra caiga bajo el concepto de belleza operando con una especie de "receta", sino que se recrea la belleza misma desde la obra de arte: es por eso que se dice que la obra tiene que ser original, desinteresada e inútil. A las manos de póquer, en cambio, como a los teoremas de la ciencia, más les vale ser eficaces y poco originales. No serán por ello menos valiosas.

Un saludo a todos

(Este post participa en el duelo de escritores de póquer-red)